Un mal día está bien

Después de escribir el título de este artículo, me levanté, y sin reparo alguno cogí un chocolate que me lo estoy comiendo al acabar esta oración. Y de lo que quiero escribir es de cómo las últimas 24 horas, fallé. Son las 6 de la tarde. En la mañana me puse un objetivo y no lo cumplí y al parecer eso dictaminó el fracaso del día de hoy. Un mal día está bien pero tienes que saber porque falló y aprender.

Intencionalmente dije que en este momento son las 6pm y que en las últimas 24 horas fallé porque no todo se debió a no culminar mi tarea propuesta en la mañana. Mi objetivo de la mañana fue laboral, pero ya mucho antes había fallado en cumplirlo. Y si bien ese es el factor prominente del día, entender el contexto y las consecuencias es el real aprendizaje.

Hace 24 horas estaba jugando pádel. Tres horas de juego, tres partidos con diferentes parejas y dos pérdidas y una victoria. Culminé las tres horas de juego y me amargué. Perdí dos partidos, eso siempre me bajonea. Sin embargo, enseguida de perder sentí que había jugado mejor y que eso valía. El sentimiento duró poco y me volví a centrar en que había perdido.

Mientras salía del lugar, me dio hambre y me dije a mí mismo, en la casa tengo chuletas. Suficiente. Era proteína y un alimento que me gusta. Suficiente y bueno. Acto seguido pasaba por el auto rápido del KFC para comprarme un Twister y 6 alitas. Bueno, había hecho mucho ejercicio y me merecía algo a cambio. Comí y cuando me disponía a leer. Preferí ver la tele. Así perdí 2 horas de mi tiempo. Y por si no fuera poco, me acosté una hora después de mi hora de dormir. Sí, tengo una hora de dormir.

Pausa y aclaración. Parecen actos tribales, inofensivos y sin un sentido profundo. Pero les cuento que dentro de mis objetivos y nuevo estilo de vida está comer más sano, leer por lo menos 10 páginas al día y descansar 7 horas y media al día con horarios regulares. En el lapso de menos de 4 horas rompí tres reglas. Y es verdad que no es para tanto, que se puede volver a la senda correcta. Pero a veces, más veces que menos, afecta.

Porque me acosté tarde, me levanté tarde. No hice ejercicio, con la excusa de que era un día de descanso, si era pero igual pude haber hecho. Busqué dopamina en redes sociales. Y quedé agotado de no hacer nada. Una serie de actos inofensivos arruinaron mi mañana. En la tarde me recuperé y seguí. Pero perdí una mañana. Y la planificación de una semana se hizo más complicada. Una serie de actos que iban en contra mía, no son tan inofensivos.

Un mal día está bien porque entendí que tengo que valorar el progreso y también mi espíritu competitivo. La próxima saldré a ganar, no a confiarme y demostrar que soy el mejor. Realmente no importa una cheat meal, importa cuándo se convierta en una serie de actos engañosos. Si tienes comida sana, opta por la comida sana. Si quieres leer, no pierdas el tiempo en la tele. Si respetas tus sueños y tu sueño, no te podrás en tu camino.

Empecé con el chocolate porque cogí solo uno (otro de mis objetivos es bajar el consumo de dulces). Y claro ustedes dirán un hombre de verdad come lo que sea, se acuesta a la hora que sea y ve lo que sea. Yo les digo, un hombre de verdad respeta sus compromisos y así mismo. Cómo comer un solo chocolate.

Un mal día es un buen día si aprendes.

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