Hace tres semanas empecé a entrenar para una carrera de 10 km. No estoy seguro si es necesario aclarar que es una carrera de correr, pero ya lo hice, así que sigamos. En mi plan de entrenamiento, está salir a correr cada martes. Además, entreno los sábados distancias largas para prepararme para la competencia.
La mayoría de los planes se van a ver alterados por factores externos, y sería ilógico caer en la tristeza y desesperación por cosas que no están bajo tu control.
Puede parecer poco o mucho, pero el contexto es importante. Me inscribí en la carrera hace 3 meses. Según lo que leí y los videos que vi, es recomendable entrenar con 8 semanas de anticipación, así que no empecé a entrenar inmediatamente después de la inscripción. Esperé. Y después esperé un poquito más. Nunca había entrenado para correr, y mucho menos para una carrera de 10 km. Lo consideraba aburrido y prefería hacer otras cosas. De hecho, entrené en otros dos deportes en lugar de entrenar para la carrera. Así me comí 4 semanas del entrenamiento, y solo un mes antes de la competencia comencé a correr.
Es cierto que entrenaba otras cosas, estaba en buen estado físico y trabajaba la musculatura al mismo tiempo. Pero también es cierto que, por ejemplo, a alguien que ha entrenado solo jiu-jitsu le va a resultar muy difícil competir en natación, aunque tenga buen físico. Así que, teniendo la mitad del tiempo recomendado para entrenar, no podía darme el lujo de relajarme ni un solo día.
Hoy es el tercer martes de entrenamiento. De hecho, mientras escribo esto, está lloviendo. Y no es una llovizna ligera, es una tormenta torrencial con truenos y relámpagos. Ha estado lloviendo durante más de dos horas. Aunque la imagen del superdeportista estilo Rocky corriendo bajo la lluvia es tentadora, no voy a salir bajo esta tormenta.
A veces los planes no salen como uno espera. A veces no haces las cosas a tiempo. A veces llueve. Otras veces hay compromisos, te enfermas o te lesionas. La mayoría de los planes se van a ver alterados por factores externos, y sería ilógico caer en la tristeza y desesperación por cosas que no están bajo tu control. Sí, empieza a tiempo y haz las cosas, pero cuando llueve, sé flexible: puedes salir mañana o el jueves. Puedes reemplazar el entrenamiento de hoy por otro en casa. También puedes decidir dejarlo pasar, porque, al final, tal vez no sea tan importante.
Sé flexible y no te hundas.