Si alguna vez fuiste cómo yo, te prometiste hacer ejercicio una y otra vez. Quizás empezabas, un día, dos días, una semana y se terminaba la motivación. Y después de un prudencial tiempo de engorde, excesos o malos comentarios, volvía la promesa de hacer ejercicio solo para condenarse al mismo ciclo de inacción prolongada salpicada por breves momentos de actividad.
Hacer ejercicio está en la cabeza de todos nosotros. Sea por verte mejor, tener más seguridad o conquistar más. Sea por motivos de salud o para estar más sano. Sea porque quieres empezar a jugar fútbol entre amigos o aprender un nuevo deporte. Sea la razón que sea, está en nuestra cabeza. Y nos hacemos la promesa de empezar. Después vienen las excusas.
No tengo tiempo. Me duele algo. Mañana empiezo. Hoy día descanso y mañana sigo. No tengo dinero para ir al gimnasio. No tengo el equipo para hacer ejercicio en casa. No tengo con quien jugar tenis. A mi novia le gusto gordo. Yo cuando quiero adelgazo. ¿Más excusas? Solo piensa en cual usaste la última vez y súmale a la lista.
La cuestión es la siguiente. Ya no eres adolescente. Tu declive físico ya empezó. Te aseguro que si tienes 25 años, ya tu cuerpo no se siente igual que a los 20. Y si tienes 30 te aseguro estarás de acuerdo. ¿Te has lesionado últimamente? Ya no te recuperas igual. ¿Tienes algún dolor de rodillas o espalda? Ya molesta, ¿verdad? Y si hablamos de recuperarse de una resaca, ya no son horas si no días de descanso para volver a tu vida normal.
Para que la promesa no quede en el aire o sea olvidada en un sinfín de excusas. Empieza a hacer ejercicio. Para que la resaca no dure 48 horas, empieza a hacer ejercicio. Para que puedas subir al tercer piso sin perder el aliento. Empieza a hacer ejercicio. Esto me gusta, está tomando tono de oración religiosa. Para que te entren los pantalones. Empieza a hacer ejercicio. Para que rindas en la cama. Empieza a hacer ejercicio. Para que te veas al espejo con lujuria. EMPIEZA. Para que no te chupes la panza en las fotos. A HACER. Para que te sientas y te veas bien. EJERCICIO.
Y de fondo. Si quieres producir. Si quieres ser tu mejor yo. Si quieres estar al tope en actividades físicas y mentales tienes que cuidarte. Tienes que cuidar de tu cuerpo, va a estar contigo los próximos 30, 40 o 50 años. Y cuando tengas 60 o más, te vas a agradecer. Trabajas para ti y para nadie más. Es tu cuerpo y tú eres el único que va a lidiar con él.