Robert Greene, conocido por su habilidad para analizar el poder y las dinámicas humanas, nos invita a ver el mundo de una manera diferente en su charla sobre «El Arte de la Estrategia». Según Greene, ser un buen estratega no se trata solo de controlar las situaciones, sino de cambiar nuestra forma de percibir el mundo.
Esta pausa te da opciones, y las opciones son poder.
En la vida cotidiana, muchas veces actuamos en modo de reacción. Esto significa que respondemos impulsivamente a lo que ocurre a nuestro alrededor, especialmente con la sobrecarga de estímulos en las redes sociales. Greene lo denomina “infierno táctico”. En este estado, no controlas lo que sucede y estás atrapado en un ciclo de respuestas automáticas.
Para escapar de este ciclo y acceder a lo que Greene llama el “cielo estratégico”, es necesario dar un paso atrás. En lugar de reaccionar emocionalmente a las provocaciones o situaciones, debemos preguntarnos: ¿Cuál es la mejor forma de responder racionalmente? Aquí es donde la verdadera estrategia entra en juego.
Uno de los ejercicios prácticos que Greene sugiere es empezar con pequeñas cosas en la vida diaria, como nuestras interacciones personales. Si alguien te irrita o provoca una emoción negativa, en lugar de reaccionar, detente y pregúntate por qué te sientes así. Esta pausa te da opciones, y las opciones son poder.
Greene enfatiza que muchas veces las personas tienen poder sobre nosotros porque nos controlan emocionalmente. Nos enojan, nos provocan miedo o tristeza. Sin embargo, al ser estratégicos, les quitamos ese control. El verdadero poder está en no dejarse llevar por las emociones, y en lugar de reaccionar impulsivamente, elegir conscientemente cuál es la mejor respuesta.
Finalmente, una estrategia efectiva evita las «victorias baratas», aquellas que pueden dar la ilusión de triunfo, pero que a largo plazo generan resentimiento o consecuencias negativas. En el cielo estratégico, siempre se consideran las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones.
