No puedo darte una guía para correr 5 km a los 30 o más años. Para qué voy a mentir, para qué voy a improvisar. Sí, puedo darte ciertas recomendaciones de cómo hacerlo, pero no las tomes como recomendaciones de entrenador porque no lo soy. Lo que voy a hacer es describir el proceso de correr 5 km cuando cumples 30 o más. Y no solo eso, sino la experiencia de correr cuando escasamente en tu vida lo has hecho.
¿Qué pasa con esto entonces? Que tienes 30 años y no has corrido. Que tienes dos impedimentos: tu cuerpo que no sabe cómo entrenar para correr y tu cabeza tampoco.
La primera aclaración es explicar a lo que me refiero con escasamente. En los recreos jugando fútbol, en las clases de educación física, un par de meses alrededor de un parque para bajar de peso y en la caminadora. En ninguno de estos escenarios corrí más de 10 minutos seguidos y quizás 10 minutos es una exageración. En la caminadora lo usaba para calentar antes de hacer pesas, eso hace más de 8 años. Y las otras actividades hace 10 años o más. Es decir, no he corrido por el solo hecho de correr casi nunca en mi vida.
Ahora bien, desde hace más de 3 años hago ejercicio casi a diario, así que no es que estoy fuera de forma. Hago deporte 2 a 4 veces por semana y entreno con mi peso corporal aproximadamente 4 veces por semana. Insisto, no estoy fuera de forma. Pero nunca en mi vida he corrido solo por correr. Existen miles de personas con mejor estado físico que yo, de eso también estoy seguro y en especial para correr.
¿Qué pasa con esto entonces? Que tienes 30 años y no has corrido. Que tienes dos impedimentos: tu cuerpo que no sabe cómo entrenar para correr y tu cabeza tampoco. Tu cuerpo se acostumbra, pero tienes que incluir ciertas lesiones y el desconocimiento de la técnica. El esguince, el no pisar bien, el querer descansar porque estás acostumbrado al fútbol en el que puedes parar en los saques y en los tiros de esquina. Pero el mayor obstáculo es tu cabeza. Primero, por la expectativa que crea el optimismo desmedido al empezar y, segundo, cuando chocas con la realidad. Comienzas a correr y, como por sorpresa, te empieza a faltar aire, las piernas duelen un poco y crees que es una buena idea parar. Miras el reloj y solo han pasado 3 minutos y medio. Y si tienes reloj inteligente, se te desmorona el mundo porque no solo has corrido menos de cinco minutos, sino que no vas ni 500 metros.
Lo que tienes que hacer es seguir, como en tu día a día. Como has seguido en múltiples ocasiones en estos 30 años. Y de repente el reloj y los kilómetros no importarán tanto. Y las excusas de «no me gusta correr» o «prefiero algo más» serán solo frases, no para que cambies de parecer, sino para que puedas hacer algo tan básico como correr. Y sin estar listo seguirás corriendo. Y estando incómodo mantendrás el ritmo. Y a los 30, de repente, correrás 5 km y terminarás diciendo «puedo correr 10».